Vuelvo a hacerme preguntas. Había perdido la curiosidad… que es de lo peor que le puede pasar a una. Leí en algún sitio que las personas que no hacen preguntas o son estúpidas o tienen mucho miedo. Creo que en la segunda mitad del 2012 me convertí en ese tipo de personas que son las dos cosas. Miedosas y estúpidas. Ahora tengo miedo y digo estupideces, pero me hago preguntas, y para desgracia de mis amigos, vuelvo a hacerles preguntas.
“Todo lo que sucede, conviene” Es una cita de Shakespeare que me he repetido todo el otoño cada noche al acostarme. Me daba algo de calma. Cuesta encajar ciertas cosas, aceptarlas, digerirlas, cosas que una no puede controlar ni evitar. Y que dan frío. No he pagado tanto de calefacción como en la última factura, no se puede ni nombrar…y es que no soportaba mi añoranza terrible del verano. De un verano que se me escapó, un verano oscuro, escondido...callado. Ya pasó.
Ahora tengo frío también, pero como todo el mundo, es enero.
El otro día vi “ De óxido y hueso” una película francesa, de Jaques Audiard.
Y es terrible cómo la protagonista, que interpreta la preciosa Marion Cotillard, tiene que perder sus piernas en un accidente para encontrar a alguien que la quiera de verdad. Que la ame aún con su cuerpo mutilado, y le haga creer en el amor.
Como dice el poeta Vinicius da Moraes "La vida es el Arte del Encuentro". Y en la pérdida también encontramos cosas, aunque tardemos más en verlas.
Marta Tchai