Comencé mi vida artística bailando, nada me gusta más que subirme a un escenario. Es el único lugar en el que me siento viva de verdad. Mi primer trabajo oficial fue como bailarina de ballet clásico en Turín, Italia, en el ballet del Teatro di Torino. Después lo dejé, volví a Madrid y anduve un tiempo dando clases de ballet y pensando por dónde tirar. Entonces me apunté a clases de interpretación en el estudio de JC Corazza, lo cual me abrió un mundo nuevo de posibilidades creativas, entre ellos agarrar la guitarra y dar salida a los poemas que llevaban años llenando mis libretas.

Desde entonces he tratado de crear todo lo que he podido. Mis discos, si estás leyendo esto, más o menos los conoces, pero en cuanto a la narrativa, escribí mi primer cortometraje en 2018, "La Roca y el Mar", por mi deseo tremendo de actuar, así que soy yo la protagonista, como de todo lo que escribo, mi género sin duda es la autoficción, y luego me lié la manta a la cabeza y luché hasta conseguir producirlo. No me atreví a dirigirlo, cosa que sí hice con el siguiente, en 2022, Dirty Guacamole, del que también, claro, soy la prota. Ahora estoy escribiendo mi primer largo, pero esto ya es otro cantar.